Mi Ciberamiga. Segunda Parte.
Vero había alquilado una casa rural a las afueras de Madrid, uno de esos sitios situado en un pueblito precioso, con encanto, que solo te imaginas en postales. Ella ya había ido con su ex marido y conocía a la pareja dueña de la casa. Nuestra amiga del chat, Sofía, vendría esa misma tarde, ya que por motivos de trabajo saldría unas horas después que nosotros.
Vero había alquilado una casa rural a las afueras de Madrid, uno de esos sitios situado en un pueblito precioso, con encanto, que solo te imaginas en postales. Ella ya había ido con su ex marido y conocía a la pareja dueña de la casa. Nuestra amiga del chat, Sofía, vendría esa misma tarde, ya que por motivos de trabajo saldría unas horas después que nosotros.
Vero y yo aprovechamos para dar una vuelta por el pueblo y tomarnos unas cervezas en el único bar que había. Hacia algo de frio, pero la cabrona...