Cine a ciegas
La intensidad erótica de los mensajes que intercambiábamos iba creciendo. Era hora de conocernos personalmente.
Hace un tiempo leí en esta web un relato enviado por una mujer. Le escribí para expresar mi agrado, me respondió y se inició un intercambio de mensajes. Hay que añadir que me entusiasmó el hecho de advertir que reside en la misma ciudad que yo. Lo que sigue es un relato de las consecuencias de aquella comunicación, y también un intento de penetrar en los pensamientos y sensaciones de esa mujer.
Has sugerido que nos citáramos en la plaza de Bib-Rambla para conocernos, y eso excitó mi imaginación....