Vigilando a Nadia VII
Mi corazón latía a mil en el instante en que pude ver las encantadoras pecas de Nadia, un estremecedor escalofrío invadió mi respiración, cuando por fin hicimos contacto visual, disfruté el momento más sublime de mi existencia...
—Te devoraré —dijo la pantera.
—Peor para ti —dijo la espada.
“Amenazas” de William Ospina
“Uno, son el torturador y el torturado.
El torturador se equivoca, porque cree no participar en el sufrimiento;
El torturado se equivoca, porque cree no participar en la culpa.” Schopenhauer
Me costó aceptarlo, pero entendí que Nadia no es del todo una blanca gacela, en su interior ella experimenta un goce secreto al ser dominada y humillada. Gracias a ella descubrí que en el...