Dulce aprendizaje
No hay mayor placer que enseñar al que no sabe...
Queridos lectores, la historia que les voy a relatar ocurrió una tarde de verano, cuando el intenso calor hace que la mente vuele hasta las más altas cotas de desafío y hacia lo que muchos llamarían perversión; yo en cambio prefiero llamarlo dulce aprendizaje...
Por aquel entonces, yo era estudiante y compartía piso con mi prima (algo menor que yo y también estudiante), había muy buena relación en la familia, por ello, tanto sus padres como los míos no temían que nada "malo" pudiera ocurrir entr...