Lucrecia (3)
Continuamos explorando nuevos senderos en nuestro viaje prohibido.
LUCRECIA III
En la siguiente reunión de mi esposa con sus amigas, premeditadamente llegué tarde a casa, quedándose Lucrecia temporalmente sola, porque la sirvienta salía a las 6 de la tarde; y los días intermedios eran días de una familia normal, aunque, generalmente los fines de semana, aún nos bañabamos los 3 juntos, casi como un ritual de familiaridad. Creo que mi niña intuía que sería necio externar otro sentimiento que el paternal-filial, y yo prefería vaciar mi sobrecarga sexual en el lech...