Nina, mi putita loca
Un encuentro casual que termino en algo recaliente.
Todo sucedió a finales del verano. Aquel año no había podido irme de vacaciones en julio ni agosto, así que no me quedó más remedio que irme en las últimas semanas de septiembre, cuando la mayoría del tumulto vacacional ya había dirigido sus pasos de vuelta a sus respectivos hogares.
Normalmente no soy amante de las zonas de playa, pero pensando en lo anterior, imaginé que para esas fechas el ambiente estaría lo suficientemente tranquilo como para disfrutar de un poco de paz y relax, que era lo...