Cómo hacer que un Amo te acepte (4 de 4)

Final de la sesión en la que Amo y sumisa se miden así mismos para saber, si realmente están hechos el uno para el otro.

IV

Habían pasado un par de horas cuando por fin me desperté. Me estiré en la cama, notándome francamente bien. Todo se estaba desarrollando como había planificado, sin incidentes, de forma ordenada y meticulosa. Justo como a mí me gustan.

Descalzo, fui hasta el cuarto de baño donde ella aun reposaba en el suelo frío de mármol. Al verte atada al radiador de la calefacción, no pude más que sentir un estremecimiento de placer, viendo como te habías quedado dormida esperando mi regreso.

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Como hacer que un Amo te acepte (3 de 4)

Por fin ella llegó a la casa, donde le esperaba su primer encuentro con Él (primera parte)

III

No fue tan complicado encontrar mi casa. Aparcaste y llamaste al portero automático. Tu mano temblaba un poco. Por fin estabas ante mi puerta y te notabas nerviosa por lo que imaginabas que te pasaría. Llevabas tanto tiempo deseándolo. Igual que yo.

Al llegar hasta mi piso, viste la puerta entreabierta. Por ella se escapaba un poco de luz del interior y hasta tus oídos llegaba una suave música chill out. Incluso hasta tu olfato alcanzó un dulce aroma que no supiste identificar. Eso te...

Cómo hacer que un Amo te acepte (2 de 4)

Siguen las pruebas de fe, para saber el grado de sumisión que será capaz de ofrecerle a su Amo.

II

Los días iban transcurriendo, junto con las pruebas que Él le iba ordenando a ella. Poco a poco, se fue definiendo cada vez más, la fuerte disposición que presentaba ella a los requerimientos de Él. Cada día se daba un paso más, una exigencia mayor que la anterior.

Él pensó que había llegado la hora, de que demostrara lo que valía fuera de la pantalla del ordenador. Así que aprovechó que ella estudiaba en la Universidad de Lérida, para ponerla a prueba allí. Él ya había estudiado en dic...

Cómo hacer que un Amo te acepte (1 de 4)

Cuando se conocieron por el chat, ninguno de los dos se imaginaba el camino que recorrerían hasta conocerse.

I

La carretera que va desde la Seu de Urgell hasta Lérida, está sorteada por numerosas curvas por las que el coche avanzaba a velocidad constante. En su interior, ella pensaba en todo lo que le había pasado en los últimos días y en lo que estaba a punto de acontecerle.

Había conocido a un chico de Lérida mediante una página de contactos, y ahora se disponía a encontrarse con Él. Ella, de tendencia sumisa, necesitaba a un macho Dominante que supiera ponerla en su sitio, manejarla, usarla......

El Regalo

Nunca sé, a quien alegra más un regalo, si a ella o a mí...

No sabía, a quien de los dos le haría más ilusión el regalo, si a ella o a mí. Desde luego ella no sabía nada. Todo lo había planificado con la meditación y el secreto que siempre me ha envuelto.

Cuando aquella mañana fui a Correos por el paquete, acaricié su envoltura marrón como si de una reliquia se tratase. Dejé fluir mi mente hacia los rincones más oscuros de mi lascivia, regodeándome en las sensaciones que estarían por venir, notando como una presión crecía dentro de mis pantalones...

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Mi desayuno

El perro, siempre es el mejor amigo de un Amo (o Dueña).

En el suelo de parqué, resonaban los zapatos con tacón metálico. Avanzaba envuelta en su traje de látex negro. Iba con una coleta cogida por unas gomillas rojas y en su mano derecha llevaba una pequeña fusta acabada en una pequeña mano plana, mientras que en la izquierda llevaba un cubo metálico con agua.

Giró la llave de la puerta de la habitación que había al fondo del pasillo. Escuchó abrirse los cerrojos dobles y penetró en ella. Una leve luz se filtraba entre los visillos que había en la ún...

El primer encuentro

Siempre hay una primera vez para todo. Hay que dar un paso hacia delante, si a lo que se llega merece más la pena.

Me encanta recordar el día que por fin dimos el paso.

Meses antes las charlas por el chat, como tantos otros. Las dudas, las preguntas, las visitas conjuntas a blogs y el comentar lo que leíamos. Notábamos la química, pero teníamos nuestras dudas, como cualquier humano. Si por aquél entonces hubiéramos sabido lo que ahora sabemos, cuanto nos hubiéramos ahorrado. Pero claro, como digo somos humanos, y los humanos damos tres pasos hacia delante y uno hacia atrás... la gran mayoría.

¿Podría se...

Tu castigo

Cuando alguien no hace lo que debe... recibe un castigo justo, casi siempre...

Al abrir la puerta de la casa la vi al lado de la ventana. Un brazo cruzado y el otro levantado, sujetando con sus finos dedos el cigarrillo que fumaba mientras miraba distraídamente por la ventana. Su cuerpo estaba completamente desnudo, a excepción de unos zatos de plataforma que se cerraban con unas tiras a lo largo de su pantorrilla.

Cuando escuchó que la puerta se cerraba, miró rápidamente hacia donde yo me encontraba apagando el cigarro en un cenicero que había próximo.

  • Buenas tard...