Una suegra muy especial

Mi mujer Adela, y yo vivimos solo en un viejo y amplísimo apartamento de la costa...

Mi mujer Adela, y yo vivimos solo en un viejo y amplísimo apartamento de la costa, donde acostumbramos a vivir casi todo el año, entregados al trabajo de cada uno y después a los mil juegos y placeres de la Erótica Universalis. Como complemento a nuestros juegos por la casa existen mil y un utensilios, bolitas chinas y asiáticas, vibradores de todo tipo, tamaño, forma, materiales unos que fuimos adquiriendo y otros que me fui trayendo de mis viajes como antropólogo; y así por la casa había látigos, m...