Desnudo en la azotea

Cosas que pueden ocurrir cuando se sube a tender toda la ropa. Y, por toda la ropa, me refiero a toda la ropa.

La azotea del edificio donde vivo dispone de una zona para tendedero. Cómo casi nadie sube a usarla, yo aprovecho,cuando voy a tender, para tomar el sol completamente desnudo. Un día, como de costumbre, después de hacer la colada, subí a tender la ropa y, como siempre, no llevaba puesto encima nada más que las gafas de sol. Al llegar me encontré, para mi sorpresa, que había una mujer tendiendo: mi vecina de enfrente. Dudé si volverme, pero como tengo un punto exhibicionista, me decidí a acercarme a tender c...

Limpiando en casa de mi amiga

Reencontrar viejas amistades puede conducir a vivir nuevas experiencias.

Unas semanas atrás me encontré, por casualidad, con una antigua amiga mía, a la que hace muchos años que no veía.

La vida nos había enviado por caminos divergentes y, ahora, había vuelto a traernos uno cerca del otro.

Tras la sorpresa, y los saludos de rigor, estuvimos quedando juntos unas cuántas veces. Para renovar la amistad y

recordar, con nostalgia, viejas vivencias del pasado.

Uno de ésos días, mi amiga me comentó:

  • He visto que has limpiado las ventanas de tu casa. ¿Cóm...

Un paseo por el campo

Ampliar el círculo de amistades y visitar nuevos lugares conduce a vivir nuevas experiencias.

Todo empezó cuando recibí una llamada de mi amiga:

  • ¡Hola, cariño! Si todavía deseas que hagamos la excursión a la catarata, voy a quedar ésta tarde con una amiga mía

para ir al concierto. Ella conoce muy bien el lugar. Así que vente con nosotras; te la presento, y puedes hacerle las preguntas que quieras.

Además, es posible que también se apunte a acompañarnos. Pero eso sí -risitas-, recuerda que vamos a un concierto; procura ponerte

algo más de ropa que la que usas habitualmente -...

Camino de la playa

Trio CFNM con dos mujeres maduras

Para acceder a la playa nudista donde suelo acudir existen dos caminos: el "fácil" -y más popular-, desde la playa del pueblo, a lo largo del paseo marítimo y la costa; y el "díficil", por la carretera hasta un pequeño aparcamiento encima de la playa, y bajando a la misma por un verdadero "camino de cabras" -no muy largo, aproximadamente un kilómetro-, pero muy estrecho y empinado. Obviamente, éste último es el menos utilizado.

Un día, decidí bajar por el camino "dificil" por una sencilla razón: al se...