Migraña inoportuna
La doctora necesita realizar una prueba a la paciente para establecer el diagnóstico.
Sonia es una mujer de cincuenta años, de aspecto elegante y cuyo rostro resulta muy atractivo. Cierto día debe acudir a su médica de cabecera para consultarle un problema realmente incómodo que le ocurre desde hace unas semanas. Cuando la doctora la llama por su apellido, Sonia se levanta de la silla en la que estuvo esperando media hora sin mostrar la más mínima impaciencia. Entra sin sonreír en la consulta y se sienta sin aguardar el permiso de la doctora a la espera de comenzar a relatar su problema.
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