Zoe
Tras contactar por Internet decidimos conocernos y dar rienda suelta a nuestras fantasias.
Llamé al timbre de la puerta, finalmente había accedido a la invitación que Zoe me había hecho la noche anterior en la que se comprometía a hacerme una cena aprovechando que ese día estaba sola en casa.
Comprobé de forma rápida mi indumentaria, zapatos oscuros, vaqueros, camisa blanca y americana negra mientras escuchaba el sonido de unos pasos acercándose al otro lado de la puerta seguido del de los engranajes que componían la cerradura. Ante mi apareció Zoe, estuvimos unos segundos observándon...