Descubrimiento

Una amiga vuelve a aparecer en mi vida y es una mujer diferente ahora.

Después de muchos meses, la volví a ver. Estaba parada bajo el arco de la puerta número 48 sometida a la distorsión de las luces rojas del pasadizo. Nancy estaba allí, esperando, buscando entre la multitud a un nuevo cliente, sonriendo forzadamente, igual de hermosa que siempre. Al principio o supe qué hacer, no sabía si debía siquiera pasar por ahí, no por temor a que me reconocieses, sino a yo avergonzarla al reconocerla. Por un tiempo fue la secretaria personal de mi madre en la oficina que dirige en el...

Entrevista 1: Lidia

Les presento un relato a modo de entrevista que hice a una amiga muy cercana. Todos los datos que presento han sido modificados para salvaguardar la privacidad de la entrevistada.

Yo: Buenas noches, Lidia. ¿Cómo estás?

Lidia: Bien, algo nerviosa. ¿En serio vas a publicar esto?

Yo: Claro. Como te dije antes cambiaré todo dato personal que me des. Tu nombre y el de todo aquel que menciones. Si tú quieres, claro, jaja.

Lidia: Jajaja… No me convendría que no lo hicieses, ¿sabes?

Yo: Claro, claro. Descuida.

Lidia: Sabes que me gusta jugar con el peligro… Aunque creo que mejor no corro riesgos esta vez, jejeje.

Yo: Lo sé. Luego de esa vez en Cuzco aprend...

Una dama abandonada

Y es que una mujer así no puede ser dejada de lado

Siempre me preguntaba porque mi tío dejaba por tanto tiempo sola a su mujer. Sí, su trabajo como policía le daba muchas responsabilidades, pero dejar a una mujer como Diana sola por tanto tiempo era simplemente un error. Vivíamos en una casa de dos plantas, la primera para mi familia y la segunda, desde hace 1 año, para mi tío, quien al llegar no solo vino con sus maletas y su auto, sino también con Diana, una guapísima mujer directa de la selva del Perú. Quizás no lo sepan, pero las mujeres de la selva tie...

Descenso

De la noche en que dejé atrás el pasado

La fiesta había acabado, al menos para mí. A pesar de eso, mis amigas y Estefania no tardaron en seguirme al verme bajar las escaleras.

-          Esperanos, oye!

Estefania me miraba diferente. No había estado exactamente recatada durante la reunión y el trago no había hecho más que incrementar sus indirectas.

-          Te acompaño, Jackie – le dije a mi amiga. Era mi ruta de escape.

-          Ya, está bien. Carla tu ve con tefa, pues.

Sin nadie darse cuenta, un taxi se había...