El letargo de Ema

Trabajaba sin descanso desde que me había sumergido en este “estado de coma”, ya no recordaba desde cuando, ni tampoco me importaba... Hasta que reapareció Jon.

El letargo de Ema

Trabajaba sin descanso desde que me había sumergido en este "estado de coma", dos meses o quizás tres… ya no recuerdo, ni tampoco me importa. Él desinterés y una profunda melancolía lo invadían todo. Se instalaron de a poco dentro de mí, dejando que las ganas me fueran abandonando. Lo único que me hacía salir de la abulia, reactivando mi cuerpo y mente, era el trabajo.

Mis actividades sociales se redujeron al mínimo, nada suficientemente sospechoso para hacer que la gente...

Al final del camino (versión 2.0)

¿Quieres que pare?... Dímelo ¿quieres que te deje libre?- Me dijo Joaquín mientras mi cabeza daba vueltas, con una sensación de angustia y deseo unidos, inseparables.- ¡Dímelo!

Señoras y señores:

Después de un largo receso he vuelto a escribir y a releer mis antiguos textos (mis criaturas). Y como creadora celosa, les haré algunas correcciones y en el caso del "Al final del camino" lo reuniré en un solo texto, siempre me pareció extraño en la forma que lo dividí y catalogué (donde el final quedaba como la cola cortada de una lagartija, con movimientos provocados por impulsos nerviosos pero sin vida).

Saludos,

Nina

Al final del camino

(versión 2.0...

La Noche

Durante meses, metódicamente, había tratado de sacármelo del corazón, de arrancármelo del cuerpo… sabía que estaba vedado para mí.

Al volver de las vacaciones, permanecí en un estado febril. Solo pensaba en Cano, mi primo dos años menor que yo, del que estaba enamorada, con quien había experimentado el inicio del sexo y compartido secretos, del que se trasformó en mi cómplice… pero también recordaba el final amargo de nuestra relación, interrumpida abruptamente por su madre, Helena. Quien al descubrirnos nos amenazo para separarnos.

No quería levantarme de la cama, no prestaba interés por nada. Mis padres preocupados por mi...

El Ocaso

Aunque seguíamos amándonos constantemente, una angustia se había alojado en mi garganta y una opresión en el pecho que me dificultaba respirar, sentía la sensación de estar desvaneciéndome a medida que se nos acababa el tiempo.

El verano estaba llegando a su fin, la idea de volver a mi rutina de la ciudad sin Cano, me volvía loca. Vivíamos a más de 600 kilómetros de distancia y por nuestra edad y obligaciones era imposible pensar que tendríamos la libertad de vernos y estar juntos como lo habíamos estado estos meses. Aunque seguíamos amándonos constantemente, una angustia se había alojado en mi garganta y una opresión en el pecho que me dificultaba respirar, sentía la sensación de estar desvaneciéndome a medida que se nos ac...

La tarde

- Te amo, Nina.- Y el dolor fue como un rayo que traspasó mi columna. Mi grito fue ahogado por su mano en mi boca. Un grito que se ahogo en el silencio de la tarde, entre el canto de las cigarras.

Desde ese primer encuentro, nuestras vidas cambiaron radicalmente. Era una sensación de adrenalina pura, mi cuerpo estaba exultante, me sentía brillar. Era un sufrimiento tratar de aguantar las ganas te tirarnos el uno sobre el otro, mientras estábamos en público. Pero eso, de momento, lo hacía más adictivo y fantástico. Fue una sorpresa descubrir en mi primo Cano, dos años menor que yo, un compañero de juegos y fantasías, empezar a descubrir con él la sexualidad compartida, cómplice.

Cuando no...

El Amanecer

Un escalofrío me recorrió entera, se separó de mi y permaneció unos segundos mirándome a los ojos fijamente, como lo hacía de niño, pero una sonrisa se dibujo en sus labios.

Desde muy niña me sentí diferente, sentía que vivenciaba de otra manera los acontecimientos cotidianos. No era de muchos amigos y me acostumbré a jugar sola, hundiéndome en un mundo fantástico, que aunque quisiera no podía compartir con los demás. Mis reglas eran diferentes, mis juegos eran diferentes. Me convertí en un ser periférico, solitario.

Cada verano nos juntábamos gran parte de la familia en la casa de campo. Todos nos acomodábamos lo mejor que podíamos y compartíamos los espacios. Se p...