La musa (2)
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La noche, teniendo en cuenta mis expectativas de encontrarla, fue un desastre pues por más que la busqué no la vi y gracias a esta actitud mía me di cuenta de que me estaba obsesionando demasiado por una persona de la que no conocía ni el nombre, tenía asumido que me gustó, era guapa, simpática y me llenaba de sensaciones que poca gente es capaz de transmitirme, pero tampoco debía aferrarme a ella porque seguro que acabaría haciéndome daño a mi misma.
Al día siguiente y con mi cabeza más tranqui...