Carla mi taconera
El muy cerdo sabía que tenía en su boca una suculenta polla y no estaba dispuesto a desperdiciarla, así que se la tragaba como si la vida se le fuera en ello. El ritmo era ascendente y mi jodida polla estaba lista para darle a ese tragapollones la mejor leche de su vida.
Este relato va dedicado a Carla una taconera muy especial.
¿Qué os puedo contar de ella?. Su morbo rompe límites, al igual que su figura. Atrapada en un cuerpo masculino, viste y actúa como una verdadera diva del sexo y la lujuria.
En una de nuestras alocadas conversaciones me contó una de sus aventuras que a continuación relato, lo haré en primera persona tal como ella me lo cuenta y siente.
Paseaba una noche por Berlín en uno de mis numerosos viajes de negocios, cuando por un casual...