Por querer experimentar un embarazo (7)

A la par de la reducción y del desplazamiento de mi pene y de mis testículos, mi pubis se había elevado, dejando un perceptible espacio en relación con la cara superior interna de mis muslos; además, su sínfisis se había recubierto con una almohadilla adiposa en forma de triángulo invertido...

Contemplé los objetos...

Covarrubias, mientras tanto, fue de nuevo al estante: regresó con un estuche rojo de madera y piel, del cual extrajo dos pinzas metálicas soldadas a cadenas pequeñas. Sin titubear, me colocó una en cada pezón, provocando derrames lácteos, y me oprimió los senos entre sus enérgicas manos. ¡Dios! ¡Me supo tan doloroso y placentero a la vez! Obvio: se me activó el reflejo de eyección. ¡Esto me hizo pensar en Jaime! ¡Y el pensar en ese bebito que se había alimentado de mí, c...

Por querer experimentar un embarazo (6)

No hubo más: Santiago se acomodó tras de mí y tomó nuevamente mis nalgas: las separó por tercera vez, pero ahora con un movimiento violento, como si quisiera partirme. “Me va a coger”, pensé...

Santiago, sin dejar de estirar mi tanga, me tomó por los glúteos (una mano en cada uno) y comenzó a separarlos.

–¡Vaya! –dijo, con avidez– ¡Qué rosadito y sabroso está!

Oírlo me aceleró aún más el ritmo cardíaco: ¡él hablaba así de mi intimidad! ¡él contemplaba mi ano, esa cavidad que había permanecido secreta, que ninguna mano extraña había tocado, y que ahora estaba a punto de ser subyugada, usada, desvirgada! Sin reflexión ni posibilidad de detenerme, luego de tantas fotos semidesnuda, m...

Por querer experimentar un embarazo (5)

Sentí, entonces, cómo Santiago se acercaba; luego, fue evidente su peso sobre el colchón... Oí los clics de la cámara...Y, al fin, noté la mano de mi macho haciéndome a un lado la tanguita y dejando mi ano al descubierto.

–¿Cuánta leche tienes? –me preguntó Santiago, acercándose cada vez más.

–Lo ignoro –confesé–. Me ha salido el equivalente de un vaso o de una taza entre las dos tetas, pero ahora siento como si el bebé me estuviera exprimiendo al máximo...

Pronto, el tibio aliento de Santiago me hizo estremecer: ¡su boca estaba tan cerca de mi pezón libre!

–¿A qué sabe…?

Quise responderle "prueba", pero el timbre de un celular me sobresaltó. Era idéntico al del mío.

–Tienes una llamada, Nin...

Por querer experimentar un embarazo (4)

¿Qué buscaba Santiago? ¿Por qué estaba tan interesado en mi metamorfosis? ¿Por qué estaba contribuyendo tanto a cambiarme de sexo? ¿Debía acompañarlo?

Luego, el segundo paso. Y el tercero.

No supe cómo, pero todos mis movimientos se habían acompasado a la música de Thalía. Incluso, el golpe de mis altísimos tacones parecía marcar el ritmo con el vigor de un metrónomo.

"Róbalo, amárralo, pégale, goza su dolor, muérdelo, lastímalo, castígalo, comparte su pasión. agárralo, desgárralo, azótalo, sufre el corazón, cálmate, tócalo, mímalo, una canción de amor".

En mi avance hacia el centro de la explanada, detecté un silencio absoluto. Sí...

Por querer experimentar un embarazo (3)

Agaché la cabeza: tenía los pezones paradísimos. Y no sólo eso: bajo la playera, parecía haber un aumento. Mis tetas eran más tetas, por decirlo así, e incluso, su pliegue inferior había atrapado un poco de tela...

Santiago volvió a la carga:

–¿Por qué tan callada? ¿Estás bien?

¿Bien? ¿Cómo estaba yo realmente? "Con cuerpo de chica, vistiendo el uniforme de mi hermana (que me luce entalladísimo), frente a un chavo guapísimo... Y sin saber qué hacer", pensé.

Me entraron deseos de extender la mano, acompañándola de un "me llamo Stephanie Guzmán, soy alumna de nuevo ingreso y no tengo novio". Sí, quizá fingir un poco, en tanto terminaba de convertirme en mujer. Pero me detuve. En primer lugar, no p...

Por querer experimentar un embarazo (2)

Él no sólo estaba seguro de que hablaba con una mujer, sino de que había una vagina entre mis piernas...

Pasé dos meses sin mayor novedad. Y sin que detectara yo sensación alguna. Obvio: seguía tomando mi cápsula diaria de eleuxín, y aplicándome semanalmente el lunelle.

Por esos días, mi hermana y yo nos graduamos: Andrea, de la secundaria; yo, de la primaria. Nuevamente me frustré: mientras ella tuvo un baile elegantísimo y un vestido hermoso, yo me limité al horrendo uniforme gris y a un acto en el patio de la escuela.

Recuerdo mucho todo lo que atravesaba mi mente, en el salón de fiestas, c...

Por querer experimentar un embarazo (1)

Pensé que había, para mí, una manera de experimentarme como mamá: ¡si tomaba yo los anticonceptivos químicos y hormonales, mi cuerpo creería que estaba embarazado!

Desde que tengo uso de razón, me sentía distinto.

Sensible, muy inteligente e ingenuo, jamás me atrajeron los juegos violentos o el fútbol. Prefería, de verdad, refugiarme en mis hermanas y en sus amiguitas, y compartir con ellas: disfrutaba tomar sus muñecas y unirme a sus fantasías. Y envidiaba la belleza de su apariencia: ¿por qué ellas podían lucir sus piernas, usar ropas en tonos variados, llevar el cabello largo y ser delicadas? Me magnetizaban sus faldas, sus shortcitos y sus ombligueras;...