Querido diario. Día 3
El juego por fin llega al final. ¿Pero será el que yo quería?
Séptima imagen: Holly me mira con una sonrisa luminosa en la cara y unos profundos ojos grises. Desnuda de cintura para arriba, se aprieta los pechos entre las manos. Grandes y acogedores, no puedes no imaginarte colocando tu polla entre ellos. Y algo parecido es lo que te ordena: Siéntate, escupe en la palma de tus manos y coloca la polla entre ellas, como si fueran mis tetas. Fóllatelas… pero solo moviendo tus caderas, ¡las manos quietas! Dos minutos.
…y la siguiente carta no ha mejorado demasia...