Sobre el escritorio

Un polvo maravilloso con una mujer maravillosa.

SOBRE EL ESCRITORIO

Escojo la palabra bellísima para calificar a la mujer que hacía meses inflaba mi corazón y a quien contra todo pronóstico, dada su recia personalidad, sentada sobre su escritorio en ese momento tenía sus piernas recogidas y abiertas ofreciéndome su sexo precioso para que mi pene ávido y hambriento la penetrara sin muchas esperanzas de durar largo rato dada la elevadísima excitación que en mi reinaba. Cada vez que miraba hacia sus ojos café claros de muñeca me parecía increíbl...

Cuando las chicas no vinieron (2)

Continúa la aventura.

CUANDO LAS CHICAS NO VINIERON 2

Al día siguiente salimos a los maizales cual lo  habíamos acordado. Eran las 7 am y el sol despuntaba sobre la colina dejando todavía una estela amplia de sobre sobre el cultivo. El maíz estaba jugoso y grande por lo fértil del suelo. David y yo llevábamos sendos sacos pequeños para recoger maiz para hacer una crema deliciosa que la Sra Alicia nos había prometido. El cultivo quedaba en una explanada lejos de las cabañas en límites con otra finca y cerca pasaba un...

Cuando las chicas no vinieron

A veces las cosas que salen mal, pueden desembocar en algo muy bello e inesperado.

CUANDO LAS CHICAS NO VINIERON

No hay mal que por bien no venga, dice un adagio muy popular.

Las estrellas suspendidas en el cielo de un carbón profundo relucían y daban al acto un acento muy romántico y sublime. La brisa suave y fresca colaboraban con la estampa, y lo más graciado era que la luna llena ofrecía su máximo esplendor. Se veía tan grande que daba la sensación de poderse tomar con las manos.

Ese paisaje me lo había imaginado semanas antes como escenario para hacerle el amor...

Mi gordita linda

Astrid me gustaba mucho y tuve mucha paciencia para poder conquistar su cuerpo...

Mi Gordita Linda

Muchos se mofaban de la gordita envuelta en trapos largos por que era una asidua religiosa, aunque bien morboseaban con sus senos abultados. A mi sencillamente me fascinaba. Su rostro no era bello, pero si agraciado. El cabello negro azabache y abundante contrastaba con su piel blanca y tersa a pesar de los vestigios de un acné juvenil que por momentos afloraba débilmente. Lo que mas me gustaba era su forma de tratar, su elegancia al expresarse, al caminar y su cariñosidad que p...