Sobre el escritorio
Un polvo maravilloso con una mujer maravillosa.
SOBRE EL ESCRITORIO
Escojo la palabra bellísima para calificar a la mujer que hacía meses inflaba mi corazón y a quien contra todo pronóstico, dada su recia personalidad, sentada sobre su escritorio en ese momento tenía sus piernas recogidas y abiertas ofreciéndome su sexo precioso para que mi pene ávido y hambriento la penetrara sin muchas esperanzas de durar largo rato dada la elevadísima excitación que en mi reinaba. Cada vez que miraba hacia sus ojos café claros de muñeca me parecía increíbl...