El que prueba la polla ya no la suelta

No me engañé a mí mismo: me gustaban las tías, cada vez que salía por ahí todos esos pensamientos se esfumaban, pero en la intimidad de mi cuarto… pronto, me empecé a masturbar más con relatos de gays que de heteros.

Hacía ya bastantes meses desde que terminó mi última relación, tantos como los que llevaba sin echar un buen polvo. Lo típico: trabajo, responsabilidades, y una urgencia cada vez que me acercaba a una posible candidata que no venía nada bien. Después de muchos intentos infructuosos, muchos vídeos de mamadas y muchos relatos eróticos, comencé a interesarme por los relatos de sexo gay o bisexual. Me gustaban especialmente aquellos en los que los heteros acababan seducidos por la situación y se comportaban com...

La putita de mis compañeros de piso II

Sigo convirtiéndome en la putita del piso... Muchas mamadas, juegos con el culo y sorpresas...

-Oh, sí, tío, no pares –gimió Jorge.

No le pude contestar salvo con un ruidito. Me encontraba de rodillas en el suelo de su habitación, sin camiseta, y con su polla completamente dentro de mi boca. Mi compañero de piso me agarraba la cabeza y me follaba con ganas, llenando mi garganta con su pedazo de rabo.

-Sigue así, sigue… -me dijo, mientras yo me agarraba a su culo y chupaba con todas mis fuerzas. En realidad, no tenía mucho que hacer, pues era él quien estaba haciendo todo el trabajo, penet...

La putita de mis compañeros de piso

Mis dos compañeros de piso eran muy diferentes. Para mi era una situación ideal, porque lo que no podía hacer con uno, lo podía hacer con el otro... Lo que no me esperaba era que me acabaría convirtiendo en la putita de ambos. Este es el comienzo de la historia.

-¿Estáis seguros de que no queréis venir?- repitió Pablo por tercera vez, mientras se arreglaba el cuello de la camisa.

-No es que no quiera, tío, es que tengo mucho que estudiar mañana- le volví a responder yo, fastidiado.

-Pues tú te lo pierdes, me ha dicho mi colega que somos solo cuatro tíos, y el resto tías.

-Siempre dices lo mismo y al final nunca ligas- le dije para molestar.

Pablo no me respondió y siguió mirándose al espejo. La verdad es que era un tío bastante atractivo: al...