Ese flechazo al verte (3)
No podría soportarlo, estar tan cerca de sus cosas, de su vida, de su cama.
¿Se puede desear tanto a una mujer? Si, doy fe. Yo lo estaba viviendo. Se puede incluso perder la razón. Se puede caer en las más inconfesables fantasías, llegar a imaginar toda clase de oportunidades. Cualquier lugar, cualquier momento puede ser el indicado. Al ver su rostro, lo retocaba a veces con los colores de la pasión, y me inquietaba mucho más la curiosidad. Anhelaba conocerla como nadie. Pretendía ver en sus palabras alguna señal, pero luego de dejarme llevar por extravagantes especulaciones, la co...