Recordando las normas
Los minutos pasaban y comenzaban a dormírsele las piernas, las rodillas le dolían y se moría de frío. La ventana estaba abierta para que se fuese el humo de los cigarrillos y ella tenía la piel erizada. Lo miró, planteándose si ya se le habría pasado el cabreo. Tecleaba algo en el portátil mientras daba pequeños sorbos al whisky. No la había mirado ni una sola vez.
Alejandra estaba paralizada. Parada allí de pie, en mitad de una concurrida calle comercial, sentía que todos los ojos se clavaban en ella. Estaba experimentando esa sensación de irrealidad que nos sobreviene a todos cuando algo negativo ocurre de forma súbita, inesperada, atenazante. Esa sensación de estar viéndonos desde fuera, mientras el entorno empieza a girar.
Trató de respirar hondo y recapitular los últimos minutos, tratando de comprender...
*** Se encontraba en una tienda, su novio deam...