Maestra y alumna Químicamente imposible
Sueños húmedos
-Ay cariño, no seas amargada, vamos a bailar. -Dijo Gloria tratando de convencer a su amiga, esa noche no habían compartido grandes chismes, pero por lo menos quería encontrar alguna chica que fuese del interés de su ebria compañera, ella lo merecía, llevaba mucho tiempo sola con la estúpida ilusión de que Rosa, la profesora de química, tuviese aunque sea un poco de interés en sus labios, en su cuerpo, deseaba que su irreal utopía de llamar su atención aunque fuese solo un poco, se volviera realidad, a vece...