Mi Profezorra
La historia de cuando descubri que a mi profesora le iba el sado.
La conocí cuando comencé el 3º curso de secundaria, era mi tutora, parecía la típica mujer amargada a la que nadie quiere echar un polvo, siempre vestía jerséis de lana de cuello alto, que no dejaban ver sus formas y la hacían parecer algo gorda, y faldas flojas asta los tobillos.
Ese año suspendí su asignatura, entre otras, y tuve que repetir curso.
Al año siguiente no era mi tutora pero seguía dándome la misma asignatura, con perspectivas no muy buenas, un día me dijo que me tenia que ha...