Eh!!!
Caro, la mujer de mi empleado...
-Eh!!! Que seco que sos . Por lo menos hacé el ruido del beso, solo apoyas la cara para saludar
Quien así dijo, en medio de una sonrisa, es Caro, la esposa de Darío, mi empleado.
Hice un gesto de yo no fui, levanté mi vista y vi a Darío sonriendo jocoso.
La próxima vez que nos encontramos fue en su casa. Yo había ido a llevarle unos papeles al marido que no estaba. La saludé depositando mis labios en sus mejillas de manera suave mientras mis manos se apoyaban sobre sus brazos.
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