Mi vecino, mi perdición (2)
De como todo esto sería posible con un poco de iniciativa, ojalá, por el momento solo es una absurda fantasía creada en mi mente, una mera recreación de mis sueños cuya conclusión esperaré pacientemente mientras continúo respirando la caricia de sus ojos, esos que sospecho verdes.
Son las 15 horas de un lunes cualquiera de un septiembre cualquiera, recibo un mensaje en el móvil, es mi vecino, quiere verme. Desde que iniciamos esta salvaje relación nuestro teléfono móvil supone el principal cómplice de nuestro contacto, no obstante ello no imposibilita que durante el fin de semana o aquellos periodos de tiempo en los que supondría una locura el hecho de sentirnos nos mantengamos alejados el uno del otro sin mas consuelo que el que nos proporcionan nuestras ventanas.
Quiere...