La luna como único testigo
Una noche de carnaval, diferente.
Hacía mucho tiempo que cada vez que le miraba sentía que mi cuerpo se daba la vuelta, se trastocaba, me alborotaba el organismo. Pero David era sólo un amigo y así tenía que verle, así sería. Para mi era esencial tenerle cerca, y ese día mucho más, era la fiesta del carnaval y llevábamos meses preparándolo todo, las tres chicas iríamos de duendes y los dos chicos nos iban a sorprender con su disfraz.
Ahí estábamos Lucía, Ana y yo en mi casa con toda la cama llena de brillantina, gomas, pinzas, m...