Playa, sexo y un amigo (1)
Mi amigo de toda la vida siempre me había puesto muy cachondo, y esto es peligroso cuando por la noche estás en la playa con un calentón imposible de disimular.
Anda sal ya del agua que es tarde.
Si no tienes nada que hacer Nacho, hasta las doce venga me contestó.
Hasta las doce va repliqué, como si quisiera irme.
Yo me había salido del agua porque tenía frío, pero él seguía metido fingiendo que nadaba. Siempre me había gustado verlo mientras lo hacía, y más por la noche cuando con el frío (porque ya era casi otoño) sus pezones cogían ese color oscuro que tanto me excitaba. Lo admito, siempre me ha puesto a mil y solo imaginarme que...