Cornudo rural

Mi chica y yo solemos hacer escapadas con otra pareja de amigos. Esta vez ha sido un poco diferente dado que he dado rienda suelta a la imaginación. He sido cornudo por y para mi pareja. He disfrutado con cada penetración y con cada gemido. Y ella ha sabido llevar el juego a la perfección.

Antes que nada: si te gusta el relato o tienes alguna sugerencia, por favor, hazmela llegar a través de los comentarios o de mi e-mail (myfreesoul69@gmail.com). También se aceptan ideas o historias para nuevos relatos. Y sin robarte más tiempo, dejo que disfrutes de mi última experiencia sexual.

Este finde nos hemos ido mi novia (Helena será su nombre en esta pequeña historia) y yo a una casa rural. Siempre nos gusta descubrir sitios nuevos, pequeños pueblos perdidos en la geografía nacional. Esta...

El baño de la universidad

Toda la carrera universitaria pensando una cosa: estos años han visto y oído muchas cosas, y yo quiero escribir mi historia en ellos. Por suerte para mi, mi chica pensaba tan mal como yo, o incluso peor. Y es que, cuando estas cumpliendo una fantasía, el cazador puede acabar cazado.

Pues ahí estoy yo, otra vez de vuelta por mi antigua facultad. Cuantos recuerdos. Aunque no puedo concentrarme mucho en ellos, esta vez vuelvo acompañado. Las caricias, las cosquillas y los besos se suceden durante el breve camino hasta la facultad. Mi reunión se había atrasado a última hora, lo que nos daba un valioso rato para explorar y descubrirle los rincones de mi facultad.  Todo desierto. Como se nota que han acabado las clases. Solo algún estudiante de selectividad despistado y un par de estudiantes...

Un duro día de trabajo

Hay días duros en el trabajo. Días muy duros. Pero si tu chica pone de su parte y sabe como animarte esa dureza se va a otra parte. Así es mi chica, capaz de convertir todo mi cabreo en excitación indomable. Y así es como descargo mi mala leche. "A mí no me la mamas, yo te follo la boca".

“Otro día de trabajo duro. Estoy reventado, y no pagan lo suficiente por tantas horas. Menos mal que ya estoy llegando a casa.”

El trayecto en el tren se hace eterno. Somnoliento y agotado, cerrándose mis ojos poco a poco, apenas distingo cuanta gente colapsa la pesada atmósfera del vagón. Una leve vibración en mi bolsillo me sobresalta del trance.

“¿Te falta poco para llegar? Me he arreglado un poco”

Aquella foto de mi chica disfrazada de colegiala me hizo recobrar todas las energías desp...