Al interior. Seis.

Relato sobre cómo en un lugar recóndito, humilde, desapercibido para todo mal o todo bien, se puede dar encuentro la amistad, el placer o el vicio. Sus protagonistas nos adentrarán en un cuadro costumbrista dado al realismo y a la posibilidad cierta de acaecerle a cualquier mortal.

Se menciona el consolador.

–¿Es verdad que guardas un consolador Manuela? –soltó de repente Modesta al sentarse junto a nosotros.

–¿No me crees capaz de tener a un amiguito semejante?

Me dejaron sin palabras al escucharlas, pero la cosa se ponía bien. No tenía que intervenir, a no ser que fuese para retarla a que nos lo enseñase, pero a este respecto Modesta se adelantó.

–Pues entonces, ¿por qué no nos lo presentas?

–¿Qué pasa, quieres darte una vueltecita con él? Te...

Al interior. Cinco.

Relato sobre cómo en un lugar recóndito, humilde, desapercibido para todo mal o todo bien, se puede dar encuentro la amistad, el placer o el vicio. Sus protagonistas nos adentrarán en un cuadro costumbrista dado al realismo y a la posibilidad cierta de acaecerle a cualquier mortal.

Divagación.

Hay que ver lo que es capaz de tontear un adulto en determinadas situaciones y sin apenas haber ingerido alcohol. Pero la situación era merecedora de ello. ¡Qué digo merecedora! El guión exigía exactamente los pasos que estábamos dando; otra cosa es que los pasos nos dirigiesen a donde nos queríamos dirigir, si es que cada uno lo teníamos claro. Podía ser que Manuela se retirase a su casa y yo me quedase a solas con la mujer que me gustaba y de la que creía medio haberme enamorado. Podía...

Al interior. uno.

Relato sobre cómo en un lugar recóndito, humilde, desapercibido para todo mal o todo bien, se puede dar encuentro la amistad, el placer o el vicio. Sus protagonistas nos adentrarán en un cuadro costumbrista dado al realismo y a la posibilidad cierta de acaecerle a cualquier mortal.

A modo de prólogo:

La verdad es que no sé muy bien cómo catalogar este relato. Puede que muchos lectores se sientan decepcionados, quizá por largo, quizá porque consideren que carece de carga erótica; algo que no falta, en mi opinión. De ahí que en principio mis dudas residían en el hecho de enmarcar la historia dentro de una categoría concreta. Lo llamaremos light, de situación, de ambiente… Otra cuestión era el título, pero no se trataba de lo más importante, y aunque he barajado varios: “Tres para...

Al interior. Dos.

Segunda parte de un relato donde se da encuentro la amistad, el placer o el vicio. Sus protagonistas nos adentrarán en un cuadro costumbrista dado al realismo y a la posibilidad cierta de acaecerle a cualquier mortal.

La invitación.

El caso es que fui alguna vez más a por sus hijos al colegio y la vida pese a todo transcurría con normalidad. Empezaba a apetecerme verla más a menudo, intentando por todos los medios coincidir con ella. Hasta me sorprendía a mí mismo observando por la mirilla de la puerta de mi casa cuando escuchaba que la suya se abría o cerraba.

Sonó el timbre de mi casa. Era una tarde de un miércoles de junio. Por la mirilla comprobé que se trataba de María Modesta y me extrañé. Era la prime...

Al interior. Cuatro.

Modesta, Manuela y H han terminado de cenar juntos en casa de la primera. A los tres les apetece sentarse, tomar una copa y continuar charlando. La cosa se pone interesante.

Modesta se sincera.

–Y tú ¿qué echas de menos? –preguntó sin prórroga Manuela, formulando la cuestión de una manera que iba más allá de la situación de separada de Modesta, y que yo interpreté desde el punto de vista de que ambas amigas sabían la una de la otra más que yo y que lo único que pretendían era ponerme a mi en antecedente.

–Fui una chica joven estúpida o inocente, supongo –empezó a decir Modesta–. Me casé enamorada después de tres años de noviazgo y no supe ver lo evidente. Pasaba el...

Al interior. Tres.

Relato sobre cómo en un lugar recóndito, humilde, desapercibido para todo mal o todo bien, se puede dar encuentro la amistad, el placer o el vicio. Sus protagonistas nos adentrarán en un cuadro costumbrista dado al realismo y a la posibilidad cierta de acaecerle a cualquier mortal.

Unas copas.

No había por qué oponerse, cuando además Manuela lo aprobó con entusiasmo. Estaba claro que no querían dejarse ver mucho por la comunidad, en mi compañía y sobre todo a aquellas horas.

–Si os parece –propuse–, cruzo en un minuto a mi piso a por una botella de Cutty Sark y una de un exquisito licor de cereza del Jerte.

–Vale –dijo María Modesta–, pero no tardes…

–Eso, eso –la secundó Manuela–, no tardes.

El tono de María Modesta sonó entre implorante y coqueto; el d...

Dos milagros en uno.

En Navidades pueden ocurrir cosas sorprendentes. No todo va a ser que te toque la loteria de Navidad.

Estas navidades pasadas he vivido algo milagroso, y no voy a entrar a valorar la veracidad o falsedad de los hechos, porque ¿de qué modo podría demostrarlo? Se entenderá por qué lo considero milagroso después de leerlo.

Bien, Felicia, los chicos y yo nos dispusimos a pasar las fiestas navideñas enteras con mi suegra y mi cuñada. La una instalada en su impertérrita viudedad y la otra recién divorciada como quien dice. Llegamos al pueblo natal de mi mujer el sábado a mediodía y decidí llevar al extremo...

Fragmentos

Es un experimento literario más que otra cosa, que luego son muy críticos. Pero tiene mucho erotismo.

El Profesor de matemáticas de aquel instituto sospechaba que durante algunas horas libres determinados alumnos y alumnas se introducían en los vestuarios para mantener furtivas relaciones sexuales. Durante días la idea misma de espiarles le quitó el sueño, por lo que procedió a planear cómo podría hacerlo, fantaseando como consecuencia con la clase de espectáculos que aquellos chicos y chicas podrían ofrecerle; y con el afán de un poseso pervertido obtuvo en secreto las llaves de unas taquillas de los vestu...

Demencial two.

Continuación de Demencial One. El protagonista sigue perplejo ante los acontecimientos, pero estos no parecen detenerse.

A la mañana siguiente no sabía si todo había sido un sueño, un dulce y brutal sueños cargado de sabores más allá del azúcar y las mieles de una simple relación sexual. Me hallaba solo en la habitación y el sol entraba hiriente por una ventana con la persiana a medio levantar. Mi polla yacía flácida a lo largo de los muslos, recostada sobre mis testículos. Flácida pero inflamada, con la piel diría que irritada y con el glande arrugado y amoratado. Me incorporé pesado llamando quejumbrosamente por su nombre a...

Demencial one

¿Se puede concebir semejante suerte? ¿Puede un hombre desear esto? ¿Hasta donde estarían ellas dispuestas a llegar?

Ni en tus mejores sueños, o tus peores pesadillas, podrías vivir algo como aquello. Algo que sucedió de verdad, tan cierto como que hemos de morir. Pero yo por de pronto creí morir de placer en aquella ocasión. Tiempo habrá de analizar porque ocurrió; componentes como el desánimo, el desamor y el amor a un tiempo, la desesperanza, el deseo claro está, el alcohol quizá, alguna pastillita alucinógena, no sé, y un punto de locura. Tres mujeres: mi mujer, su madre y su hermana. Tres hembras: mi esposa, mi suegr...