Placer bandido
Este relato cuenta lo mucho que nos deséabamos y cómo nos complacimos el uno al otro.
Comenzaré el relato diciendo lo hermosa que se veía ella, cruzó la puerta y su presencia cubría toda la habitación, su cabello lucía radiante y el viento lo acariciaba con dulzura y yo imaginaba que eran mis manos las que podían recorrerlo, llevaba un vestido blanco entallado al cuerpo, se amarraba alrededor de su hermoso y largo cuello dejando toda su esbelta y bella espalda al descubierto, el escote era algo pronunciado pero discreto, la forma del vestido dejaba ver la perfección de sus senos que so...