Mi trabajo es pajearlos... (03)

Abusar de los hombres en el metro me enloquece, aunque no les cobre, porque lo mío es vocacional. Y para cobrarles ya tengo mi trabajo. Además en casa me espera Adrian, mi pareja, y con él es de quién más me abuso... No va a durar mucho más, el pobre, con una negra putona como yo...

Mi trabajo es pajearlos... (03)

Por Mujer Dominante 4

Mujerdominante4@hotmail.com

¡¡Ay, lo que me divertí hoy!! ¡Una negra tetuda, culona y dominadora, como yo, puede divertirse mucho en el metro a la hora pico...!

Había tenido un buen día de trabajo en mi consultorio, para llamarlo de algún modo. Catorce pajas y ya sabes lo que cobro yo por paja... Claro que fueron nada más que doce clientes, pero uno de ellos me rogó que le hiciera do...

Mi trabajo es pajearlos... (02)

De como perdí a mi primer novio, de tantas pajas que le hacía. Y la felicidad que tuve cuando encontré que mi vocación de dominar a los hombres podía ser un medio de vida muy rentable. Ahora soy feliz sometiéndolos a pajas y demás variantes, ¡Y encima les cobro!

Mi trabajo es pajearlos... (02)

Por Mujer Dominante 4

Mujerdominante4@hotmail.com

Es inútil... lo que más me gusta es dominar a los hombres. Verlos desestabilizarse bajo el trabajo ineluctable de mis manos, me enloquece.

Durante mucho tiempo lo hice de puro gusto, ordeñando a todos mis galanes tantas veces que al final ni sabían donde estaban parados. Si es que todavía estaban parados... Porque con tanta paja terminaban derrumbados a mis p...

Mi trabajo es pajearlos... (01)

Soy una negra con una piel brillante cubriendo mis opulencias que enloquecen a los hombres. Así que les cobro por dejarlos manosearme mientras los pajeo, no tardo mucho en liquidarlos... Y cuando me pongo un poco cachonda soy temible...

Mi trabajo es pajearlos... (01)

Por Mujer Dominante 4

Mujerdominante4@hotmail.com

Una vez que lo tuve recostado en la camilla de masajes, llevé mi mano a su pitín. Él había ido para eso y yo no soy de perder el tiempo. Metí mi manita debajo de la manta y le agarré el pitín. Lo tenía chiquito y tierno como un pajarito, y estaba tibiecito. Pero el calor de mi mano haría lo suyo. Mientras le manoseaba implacablemente el muñequito, mantenía sus ojos...

Yo los pongo a comerme el coño... (2)

Guillermo era un cincuentón demasiado seguro de si mismo, para mi gusto. Hasta que se encontró conmigo...

Yo los pongo a comerme el coño... (2) por Mujer Dominante 4

mujerdominante4@hotmail.com

No es que no me guste follar, pero lo que más me gusta es hacerme chupar el coño. Con los maduros es con los que más me gusta. Por ejemplo Guillermo, que ya ha pasado los cincuenta y el pelo le ralea un poco.

Cuando lo vi a Guillermo con su esposa e hijas, me sentí atraída de inmediato. Bien vestido, con el aspecto de un ejecutivo exitoso, y ese aire de d...

Yo los pongo a comerme el coño... (1)

Yo soy bastante perversa. Seduzco a los muchachos sin piedad alguna. Y luego los pongo a comerme el coño. Como a este muchacho Néstor, que acababa de conocer...

Yo los pongo a comerme el coño... (1) por Mujer Dominante 4

mujerdominante4@hotmail.com

A mí, lo que me interesaba era tenerlo chupándome el coño. Por eso le sonreí simpáticamente cuando nos miramos, en el boliche. Por eso agité mi grácil siluetita ondulándola al compás de la música, para que me sacara a bailar. Por eso le aplasté la pinga con mi muslo, a través del pantalón, poniéndosela dura en seguida.

Yo soy un poco perversa, en verdad. Y...

La seducción de mi enorme clítoris… (4)

Alina se había enviciado conmigo y su novio la celaba. Así que tuve que seducirlo y convertirlo en mi esclavo, pobre muchacho.

La seducción de mi enorme clítoris… (4)

por Mujer Dominante 4 ( mujerdominante4@hotmail.com )

Capítulo 1. Una sana amistad entre chicas...

Con Alina nos amamos verdaderamente. Ella seguía con su novio, pero se había aficionado a mí, y me buscaba después de cada clase de gimnasia para venirse a mi casa. Y mi vicioso clítoris se había aficionado a sus lamidas, que eran lo primero que me pedía en cada encuentro. Y yo se lo permitía, claro. Le m...

La seducción de mi enorme clítoris… (3)

En el gimnasio mi colosal clítoris hacía estragos. Como fuí seduciendo a Alina.

La seducción de mi enorme clítoris… (3)

por Mujer Dominante 4 ( mujerdominante4@hotmail.com )

Capítulo 1. En el gimnasio mi gran clítoris hacía estragos.

Estábamos haciendo gimnasia desnudas en el gimnasio del club. Yo, para hacer lagartijas, tenso las piernas y entonces, al apretar el culo, se me produce una erección de clítoris, siempre, no sé por qué. De modo que mi adorado pedacito se abre camino por entre la fronda de mi pubis y as...

Cuando mis melones apuntan... (2)

Las mujeres también se vuelven locas por mis melones. Mis andanzas como niñera...

Cuando mis melones apuntan... 2

(Susana y las mujeres)

por Mujer Dominante 4 ( mujerdominante4@hotmail.com )

Para Tami.

Capítulo 1. Me acuclillé sobre su cara... Las niñas son algo delicioso...

Me acuclillé sobre su cara como si fuera a hacer pis.

El mapamundi de mi escultural culazo pendía como un sol sobre su rostro y sus ojos fascinados con la vista.

Y le hice pis.

Marita se retorcía de placer y se toca...

Cuando mis melones apuntan... (1)

Con mis melones desarmo a todo el mundo, hombres, mujeres, niños, anciainos, lo que sea Y disfruto haciéndolos rendirse a mi dominación...

Cuando mis melones apuntan... (1) por Mujer Dominante 4 ( mujerdominante4@hotmail.com )

Cuando era chica me avergonzaban mis melones, y solía andar con los hombros encogidos. A los trece años ya tenía un desarrollo que producía alarma entre los chicos. Fue por ese entonces que descubrí mi poder. Estaba jugando con Carlitos, de trece, en el fondo de mi casa. Jugábamos al dinenti. Y cuando le gané por cinco veces seguidas me puse a saltar de gozo, para bu...

La seducción de mi enorme clítoris… (2)

En mi camerino el reportero quería tocar el tema de mi tan mentado clítoris. Pero no se iba a quedar sólo en tocar, si de mí dependía...

La seducción de mi enorme clítoris… (2)

por Mujer Dominante 4 ( mujerdominante4@hotmail.com )

El reportero había pasado a mi camerino de vedette. En realidad, por encima de la exuberancia de mis pechos y de mi culo, y de la belleza de mi carita de nena perversa, había trascendido el tema de mi enorme clítoris. Y el hombre se salía de ganas de tocar el tema. Decidí que lo haría tocar algo más.

"¡Me alegro que pudiera recibirme, señora Julia,...