Mi vecina, mi puta sumisa, infiel y domada (4)

Cris, cada vez mas entregada disfruta de ser sometida y ayuda para que sus dos "amigas" empiezen a sufrir por lo zorras que han sido

Os deje mientras cris tramaba como conseguir que las otras dos zorras se convirtieran en mis esclavas.

Una noche entre semana, Cris las invitó a ambas a pasar una noche en una habitación de lujo en un hotel spa a las afueras de Madrid, la excusa era que había una presentación de una firma de zapatos de lujo para mujeres y que ella estaba invitada junto a dos acompañantes a una velada a todo tren y a la presentación al día siguiente.

Cris, bien aleccionada, contrató a dos stripper masculinos con...

Mi vecina, mi puta sumisa, infiel y domada (3)

HISTORIA REAL, de como Cris paso de ser sumisa a complice para emputecer a otras dos golfas.

Los días pasan con episodios variados con cris.

Si no me pongo en contacto con ella, es ella misma la que pide ración de polla en alguno de sus agujeros.

Una tarde, después de pasarme 4 días sin dirigirme a ella, me vibra el móvil con un Whatsapp de cris:

cris: [cris le ha enviado una imagen]

Una foto en un baño en la que se ve su coño con un bote de desodorante metido. "Tengo ganas"

Yo: pero que zorra eres, ¿4 días sin mi polla y hasta te metes desodorantes por el coño? ¿Cuant...

Mi vecina, mi puta sumisa, infiel y domada. (2)

HISTORIA REAL. Como continuan mis encuentros con Cris

Terminé el relato anterior después de follarme a cris por primera vez y dejarle claro cómo iban a ir las cosas a partir de ahora.

Los días siguientes transcurrieron sin novedades, detecté, espirando su móvil, que se estaba follando por lo menos a dos tíos.

La aleccioné por Whatsapp para que les diera largas hasta que yo se lo ordenase, aun con protestas lo acepto.

Mi objetivo en estos días es que tuviera claro quién mandaba, como, cuando y donde yo quisiera, iba a hacer lo que yo quisiera....

Mi vecina, mi puta sumisa, infiel y domada.

HISTORIA REAL.Como una casada feúcha y agria llegó a convertirse en mi puta particular.

Os pongo en antecedentes, tengo 35 años, casado, con un hijo, no muy agraciado físicamente, soy alto (1,83), moreno, pelo oscuro que ya clarea por la parte  superior, con unos cuantos kilos de más y con la típica vida de autónomo, trabajo-casa, casa-trabajo, poco tiempo libre y una mujer estrecha y con pocas ganas de sexo.

Mi vida transcurría tranquila y aburrida hasta que una serie de acontecimientos desataron una tormenta en la que nunca me esperaba verme metido.

Durante los veranos, en las zo...