La noche del lobo
Era el momento más impactante, su madre, sus hermanas, sus primas, todas las mujeres de la familia procedían a quitarse las vestiduras para ofrecer sus vientres y sus espaldas al flagelo. Las pudibundas señoras romanas que nunca mostrarían más que sus brazos regordetes, quedaban expuestas como esclavas en el mercado.
La noche del lobo
Son conocidos los misterios de la Buena Diosa,
Cuando la flauta excita las caderas y, como ménades de Príapo, agitan sus cabellos, gritan y son transportadas por la música y por el vino. ¡Cuán grande es entonces en sus mentes el deseo de yacer, qué voces cuando salta la pasión, qué gran torrente de vino añejo por las piernas empapadas!
Décimo Junio Juvenal, Sátira VI
Alzo el brazo y descendió el filo sobre la garganta, un chasquido lleno el silencio y los ojos s...