La transformación de Cris y Julia (II)
... Y las amigas salen el martes con ganas de guerra.
Mi marido llegó sobre las diez de la noche del jueves. Cuando escuché el ruido de la puerta, me levanté del sofá y fui a su encuentro. Me había puesto el body y unos zapatos de tacón. Hacía tiempo que no le recibía así y su mirada, a pesar del evidente cansancio del viaje, lo decía todo… Le di un abrazo y nos besamos en el mismo recibidor, sin ninguna prisa.
- Cariño…, te he echado tanto de menos… - le dije.
Sus manos no dejaban de manosearme el culo, y yo me pegaba a su cuerpo como una gata en...