Nuestro segundo encuentro, tu primera entrega

Sabes que este relato es un regalo para ti, como premio por tu entrega. Está contado tal y como fué, para que de esta forma siempre puedas recordar la primera vez que fuiste MIA.

Nuestro cuerpos solo se conocían de tres horas, tres horas de sexo desesperado, tres horas en un viejo hotel de carretera, donde nos vimos la primera vez con la intención de saciarnos.

Aquel primer encuentro sirvió para comprobar que esa química que nos calentaba en la distancia, en persona se transformaba en sexo, y nuestra forma de entenderlo en lujuria.

Son las tres de la tarde, llevo haciendo tiempo desde poco más de las dos, siempre llego a mi hora. Además se que tú llegarás antes y est...