Cuarentena accidentada - IV - Una medicina demasia
Ya he pasado la primera noche con mamá... Y debo decir que ha sido la mejor de toda mi vida. Lo que no esperaba es la medicina que a primera hora tendría que darle a diario; y es que yo pensaba que ya no se fabricaban los supositorios en ningún sitio... ¡Menudo invento! ¡Veremos cómo reacciona mamá!
—¡David…! ¡David…! ¡David!
Súbitamente desperté con la voz de mi madre llamándome junto a mí. —¿Qué pasa…? —dije todavía con la cabeza embotada y sin saber muy bien dónde me encontraba.
—David, cariño…, perdóname, pero tengo que ir al lavabo…
Entonces fue cuando todo vino a mi cabeza golpeándome con fuerza en lo más hondo del pecho —por no decir entre mis piernas, que, entre la trempera de la mañana y los recuerdos de la noche, estaba aquello como un garrote.
—Voy, mamá… —dije con la...