Finde caliente para las hermanas
Era verano y, llegaban las fiestas del pueblo, el momento donde abandonaba mi ciudad para refrescarme un poco, beber algo, ver a los colegas y por qué no, intentar probar a alguna de las bellas mozas. Este año sería distinto; las hermanas más inaccesibles del pueblo se abrirían de piernas para mi.
Era verano, llegaban las fiestas del pueblo y el momento donde abandonaba mi gris ciudad para refrescarme un poco, beber algo más de lo habitual, ver a los colegas… y por qué no, intentar probar a alguna de las bellas “mozas” del pueblo. Había pasado ya un año desde la última vez y estas escapadas suponían una canita al aire refrescante y excitante a partes iguales, así que mientras en mi coche sonaba “Años 80” de Los Piratas dejaba atrás la rutina, el ruido, la prisa y los atascos.
El camino se me hi...