Rasurado

El placer de jugar con la comida.

Había jugado otras veces con comida, con vendas y este tipo de cosas, pero esta vez fue algo especial

El lugar no tenía nada de extraño, una casa, una cama, dos personas.....y toda la imaginación que le quisimos poner.

La noche empezó como siempre, nada fuera de lo habitual, el mismo ritual, besos, caricias, aunque eso sí mucha excitación porqué la química entre nosotros era muy fuerte.

Una vez nos hubimos quitado parte de la ropa, me propuso un juego, él me ataba las manos a la cabez...