Redescubriendo los placeres de autocomplacencia 2
La masturbación se ha convertido en parte fundamental de mi vida, más allá de las frías relaciones con mi marido.
Con el tiempo, la masturbación se ha acomodado en mi día a día. No pierdo la ocasión en que mis manos bajen por mi cuerpo recorriendo mis duros pezones y mi entrepierna, ante los jadeos que ello me produce. No recordaba muy bien los orgasmos que me producía cuando todavía era una chiquilla, pero los de ahora, ya más cerca de los cincuenta de que de los cuarenta, son prodigiosos. Alguna vez, había oído ese dicho que decía: hay polvos que son como pajas y hay pajas que son como polvos. Pues yo creo que se est...