Fin de semana anal
Me tumbo en el sofá y abro las piernas. Me noto húmeda y disfruto de esa sensación. Tras dudarlo unos instantes me dedico a sacar una foto de mi conchita y mandársela a Javier. Después de unos instantes recibo un mensaje:
Es sábado y amanezco cachonda. No recuerdo lo que he soñado pero sé que es con algo erótico. No ha sido de esos sueños en los que a veces sin poder controlarme me corro. Cuando eso me ocurre no lamento el orgasmo, sino el no haberme podido tocar lo suficiente. Cuando eso me pasa, de alguna forma siempre quedo insatisfecha, con ganas de más.
Sonrío porque esta vez el subconsciente no me ha “traicionado” y podré terminar la faena más tarde. Está claro que la conversación telefónica de ayer con Javier...