La vida de Javi II: un peldaño más arriba.

Ha pasado un año desde que Javi y Ainoa dejaran atrás sus infantiles rencillas de hermanos y empezaran a disfrutar de placeres más adultos. Ahora, la perspectiva de unas vacaciones con la madre de ella promete dar un nuevo giro de tuerca a la relación. Para bien, o para mal.

Ainoa buscó por debajo de mi abdomen, y su mano se topó finalmente con lo que estaba buscando. Soltó una risita cuando tiré las caderas hacia atrás, y mi pene se escurrió de entre sus dedos.

-         ¿Otra vez? No jodas, Ainoa, dame un poco de descanso.

Su risa se tornó en carcajada. Estiró la mano hacia arriba, y encendió la lamparita del techo de mi coche. La luz amarillenta ilumino tenuemente el asiento trasero, lo suficiente como para desprender destellos dorados en su pelo. Me besó, y come...

La vida de Javi: Hermanastra (no tan) malvada.

Ainoa es una niña caprichosa y repelente, y Javi no puede evitar odiarla desde el primer momento en que se conocen. Sin embargo, unas vacaciones de sus padres que los dejarán solos en casa cambiará la historia para siempre.

Cuando se volvió a casar, mi madre tenía cuarenta y dos años. Era una mujer guapa, inteligente, interesante, exitosa en su trabajo… Una mujer con la que cualquiera querría estar. Yo, por mi parte, acababa de alcanzar la oncena de edad, y aunque ver a mi madre con otro hombre me resultaba extraño e incómodo, comprendía perfectamente que ella tenía todo el derecho del mundo a ser feliz con su pareja, y no se iba a quedar el resto de su vida soltera por un capricho mío. Además, Carlos era un tipo más que decen...

Pilar, o la maravilla de 70 años de experiencia

Un joven estudiante de 22 años, un trabajo de verano cuidando de una anciana en un pueblo perdido... Lo que en principio no sonaba como las vacaciones perfecta acabó resultando una de las mejores experiencias de su vida.

Los hechos que desencadenaron lo que os voy a contar a continuación ocurrieron muy deprisa, en apenas una semana. Yo soy estudiante, y en los  estudios se iba casi todo lo que ganaba en mi trabajo a media jornada en una conocida cadena de supermercados que hay aquí, en España. Al menos así era hasta que se me acabaron los seis meses de contrato, y aunque me prometieron que me iban a llamar, como suele pasar últimamente nunca lo hicieron. Pocos días después mi madre sufrió una aparatosa caída en las escalera...