Dulce Tentación
Un bar nocturno, una caperucita al acecho, un lobo convertido en presa y un par de tragos. Salir de cacería nunca había sido tan divertido, ni dulce.
Dulce Tentación
El cosquilleo que acompaña la adrenalina en un momento de cacería es algo único. Acechar a tu presa analizando cada movimiento y expresión mientras imaginas el inmenso placer que tendrás cuando esté entre tus garras, sin oportunidad de escapar, sobrepasa mucho de los grandes placeres de este mundo. Y por cacería no me refiero al crimen contra un animal, sino a ese momento donde ves algo que realmente deseas y te sabes con el poder de conseguirlo sin forzar en demasía la situación p...