Este tren no le pierdo!!
Pero...si yo no era gay....
Ana dormía a mi lado como siempre, ya llevábamos casados 3 años y nuestra felicidad era completa. El verano entraba por todos los poros de mi piel aquella mañana. La desnudez de mi mujer me hacía regocijarme en mi propia suerte. La destapé por completo par poder ver su bella figura una vez más mientras dormía, recordándome tal vez los versos de Neruda “me gusta cuando callas…”. Una belleza de ojos verdes piel clara, pecosa y perfecta, salvo una pequeña cicatriz que vive en su estomago como marca imborrable...