Carlota e Isabel 5
Las putadas continúan
En los días siguientes al episodio en la cabaña, regresamos a la ciudad a mi piso, digo, al de La Señora y se comenzó a arreglar todo para que ella se hiciese cargo. Yo quedaba a su merced y la de El Amo. Tenía sentimientos encontrados, por un lado, me sentía feliz por no tener que pensar ni ocuparme personalmente de nada, y por otro lado me sentía mal por haber perdido mi voluntad, mi libertad y todo. Sólo por ser arrogante y estúpida. Esa primera noche en el piso, ya no había vuelta atrás, ella se había c...