El mejor regalo

Nada más entrar en su casa empezó a hablarme de un regalo que tenia para mí, traido de sus “viajes de negocios a países exóticos”. Así que después de la cena me condujo por un lago pasillo hasta una gran sala iluminada con una luz rojiza. - Aquí está, toda tuya. Adelante, pruébala, no veas como la mama esta zorrita.

Hacía mucho que no veía a mi viejo amigo. Por aquellos entonces yo era, para que nos entendamos, ladrón, que no caco. Uno tenía clase. Ladrón de guante blanco, hacedor y recolector de dinero. Como Robin Hood, pero sin pobres entre los que repartir. Y bueno, mi amigo era mi amigo, ya saben.

Nada más entrar en su casa empezó a hablarme de un regalo que tenia para mí, traido de sus "viajes de negocios a países exóticos". Así que después de la cena me condujo por un lago pasillo hasta una gran sala i...