Mi hijo y yo (II)
Estoy en la etapa mas feliz de mi existencia, y me siento una diosa llevando a mi hijo a la hermosura del amor, del sexo y del placer, ambos nos sentimos lujuriosamente felices, como jamás lo habíamos experimentado. Siento que me acaricia no solo físcamente sino también con su mirada y hasta con su sonrisa...
Esta tarde cuando llegó de la Universidad, vino hacía mí y dulcemente me tomó de los hombros y me besó en mis labios con una sensación que jamás había sentido.
Había dejado su maletín sobre la mesa de la cocina, luego de recibir la reciprocidad de mis besos, y el clásico : ¿ como te fue?, se separó de mí y abrió el maletín.
Me sorprendió gratamente:
De él extrajo dos hermosos pimpollos de rosas rojas atados por un pequeño lazo, de color dorado y los puso en mis manos, diciéndome : " D...