Ramona, mi obsesión
Lentamente se despojaba de los vestidos, y se quedaba en ropa interior. Luego... se miraba al espejo, pasaba delicadamente sus manos por su vientre plano mientras quedaba de perfil al cristal, también se agachaba o se tocaba las nalgas o sus pechos, y acto seguido, se probaba otra prenda nueva. Giraba graciosamente sobre sus delicados pies, tanto con la vestimenta seleccionada o bien semidesnuda, y así me fue ofreciendo un espectáculo mucho más perfecto del que yo había esperado.
Mi historia sexual, comenzó desde temprana edad. Ya no recuerdo exactamente cuándo ni cómo, sin embargo aún tengo grabadas en mi mente, las centenares de veces que, a partir de la edad de 6 o 7 años, me regocijé espiando a cuanta dama estaba a mi alcance.
Hoy sonrío al rememorar aquellas peripecias atrevidas e ingeniosas que creaba para cada ocasión, a fin de descubrir esos encantos escondidos y disimulados entre sus ropas, y que dichas mujeres, misteriosamente se obstinaban por mantener ocultos...