Cara a cara

Sin poder tocarnos porque ambos tenemos pareja, el alcohol y el morbo nos llevaron a un nuevo nivel de excitación.

Sábado noche, eran las fiestas del pueblo y nos concentramos un montón de gente en la feria para beber y después lo que surja. Vinieron los amigos de la facultad de uno, las amigas de la novia de otro, y por supuesto los de siempre. En total una treintena de personas de las que sobre las cinco de la mañana solo quedabamos seis o siete supervivientes.

Entre ellos, para no describir a todos, estaba la novia de uno de mis mejores amigos, a la que todos conocemos desde hace muchos años, pero hace un par d...