Mi Secretaria, Mi hermanita... (2)
Nuestra convivencia se extiende ocasionalmente a una de mis pacientes, en forma totalmente fortuita.
Eran las 14 y 5 minutos y yo giraba la llave que abría mi departamento, dentro un suave aroma de comida, venía de la cocina, y se veía un incesante trajinar de la empleadas, la casa parecía otra, y tenía una luminosidad, que nunca había notado.
Me puse a examinar con detenimiento, pero todo estaba en su lugar, sin embargo una sensación de calidez envolvía todo el ambiente.
De pronto aparece Myriam, recién bañada y enfundada aún en su bata.
Me ganaste de mano Pablo, no me diste tiempo...