Conversión
Aunque me consideraba una chica moderna, abierta y muy resuelta para mi edad, en ciertas cosas no podía esconder que era una chica de provincia perdida en la capital del país.
CONVERSIÓN
Llevaba ya unas tres semanas viviendo en Madrid y todo me seguía pareciendo nuevo. Aunque me consideraba una chica moderna, abierta y muy resuelta para mi edad, en ciertas cosas no podía esconder que era una chica de provincia perdida en la capital del país. La gente de la facultad me acogió perfectamente, pero no así el resto de chicas de la residencia femenina en la que vivía, cosa que no entendí porqué.
Un día que salimos de fiesta, unas compañeras me presentaron a una de sus mejor...